miércoles, 16 de junio de 2010

IAN McEWAN: AMOR PERDURABLE


Lo que debía ser una tarde plácida en el campo convierte a Joe y Clarissa en testigos de un trágico accidente. En principio, y a pesar de lo desgraciado e impactante que es el acontecimiento, no parece que el mismo vaya a tener un calado profundo en su magnífica relación de pareja. Eso queda claro desde el principio de la novela: es una pareja perfecta, enamorada, con un buen nivel de comunicación, de relaciones sexuales,… En resumen, con una vida plenamente satisfactoria para ambos en todos los aspectos. Pero el accidente cae como un meteorito en medio de los dos.

Joe nos va relatando su historia y nos expone la inquietud por su comportamiento, por la calidad de su ayuda en el accidente. Pero lo que realmente va a trastornarlo todo es un desconocido, Parry, que también ha sido testigo del mismo acontecimiento; este hombre irrumpe en sus vidas haciendo temblar sus bases, perturbándolos hasta lo increíble con su comportamiento irracional, enfermizo, que a su vez deja al descubierto los puntos débiles de la pareja. Ian McEwan vuelve en esta novela a mostrar sus habilidades para desmenuzar las emociones, pensamientos y comportamientos humanos, descubre la incomunicación como fuente de malos entendidas, la desconfianza que emerge en una relación que parecía estable y completa, y cómo Joe y Clarissa se ven abocados a la confusión primero y posteriormente a la soledad.

El relato muestra que nada está tan claro como parece, y que tampoco debemos contar con que algo (una relación, un sentimiento) es definitivo, que cualquier turbulencia nos va a poner a prueba en el momento más inesperado de la vida, en ese momento en donde todo quedará claro y las piezas encajarán o el puzle se tirará a la basura. Ian McEwan juega con maestría desgranando emociones y acontecimientos. Recomiendo su lectura.

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