viernes, 3 de junio de 2011

PAUL AUSTER: LA MÚSICA DEL AZAR



¿Tiene el azar su propia música? ¿Su propio ritmo, su cadencia, sus melodías y crescendos? Velocidad y suerte, huida hacia delante y apuestas vitales a cara o cruz, locura y desesperación… Todos ellos son ingredientes imprescindibles de La música del azar, una novela del escritor estadounidense Paul Auster escrita en 1990, una incursión en géneros clásicos del siglo XX como el relato a pie de carretera y la serie negra.


Jim Nashe es un bombero de Boston, divorciado y con una hija, que un día hereda una fortuna al morir su padre y emprende un giro copernicano a su vida; se compra un coche, deja su empleo y decide viajar por todo el país hasta que se le termine el dinero. Ciudad tras ciudad, motel tras motel, carretera tras carretera, Nashe quema neumáticos, gasolina y su propia vida sin más plan vital que llegar al día siguiente y saborear un nuevo paisaje. Tras meses de vida en las calzadas de medio país, un día se encuentra con Jack Pozzi, un joven talento jugando al póker con el que congenia enseguida y con el que fragua un plan para reunir más dinero y disipar el sombrío futuro que se abre ante él.


Nashe y Pozzi apalabran su participación en una partida con dos millonarios excéntricos, Flower y Stone, que viven en una solitaria mansión rodeada de prados. Tras horas de jugar, Pozzi acaba perdiendo y acumulando una deuda que deben saldar construyendo un muro imposible con piedras traídas de un derruido castillo británico. Y ahí comienza su pesadilla. La novela se transforma, se adentra en el terreno del horror gótico, en un territorio lúgubre y espectral teñido de claustrofobia, angustia y desesperación.


La música del azar es una novela sobre el destino, sobre la fatalidad, el riesgo. Sobre la imposibilidad de regir la propia vida y darle sentido, sobre la idea de la falsa libertad y las limitaciones sobre el libre albedrío. Oscura, asfixiante, fatal… Auster nos lleva de una forma ágil e ingeniosa hacia un pozo insondable, hacia un agujero negro en el que el individuo es tragado y fagocitado sin posibilidad alguna de escapar de él. Hacia las negras aguas del olvido propio y ajeno.