viernes, 9 de julio de 2010

JAMES TIPTREE JR.: EL COLOR DE LOS OJOS DEL NEANDERTHAL


Para muchos (me temo que muchísimos) lectores, el nombre de James Tiptree Jr. es tan desconocido como el de los tripulantes del Apollo XV. Y sin embargo, estamos (siempre según mi opinión) ante uno de los escritores de ciencia-ficción más revolucionarios del siglo XX. Y por muchos motivos. El principal de ellos es, por supuesto, su obra. Una obra excesivamente corta para sus seguidores, pero que cuenta con joyas incontestables como la espectacular novela En la cima del mundo, aunque Tiptree se ganó buena parte de los muchos elogios que cosechó en vida por su producción en el género de los relatos y las novelas cortas. En este apartado, debo destacar y destaco obras maestras como el irónico Houston, Houston, ¿me recibe?, el sorprendente Las mujeres que los hombres no ven, y por encima de todo ese apasionante viaje a la angustia vital de la raza humana que es Un momentáneo sabor de existencia, todos ellos publicados en el volumen recopilatorio Cantos estelares de un viejo primate (Edhasa Nebulae, 1980). En todos ellos son reconocibles los temas principales de su obra: la muerte, la exobiología, el contacto con otras razas del universo y, sobre todo, un perfil psicológico de los personajes, en particular los femeninos, que siempre fue uno de sus puntos fuertes.

Lo de los personajes femeninos viene a cuento especialmente por una cuestión: James Tiptree Jr. es en realidad el seudónimo de Alice Sheldon, un seudónimo con el que engañó durante muchos años a la crítica y a sus propios lectores, que se hacían cruces ante el profundo conocimiento de la psicología femenina que Tiptree esgrimía en su obra. Para que luego se hable de literatura femenina o masculina… Todo este universo particular de la obra de Tiptree/Sheldon es perfectamente comprobable en su novela corta El color de los ojos del Neanderthal (Ediciones Robel, 2003), cuyo argumento gira en torno a un telépata humano que decide pasar unas vacaciones en un mundo acuático semidesconocido, en el cual traba primero amistad y luego relación sentimental con una nativa de ese planeta, perteneciente a una raza humanoide, también telépata, a la que debe adiestrar en el arte de la guerra para poder escapar a la persecución a la que es sometida por parte de otra raza autóctona de ese mundo.

Todos los temas centrales de la obra de Tiptree/Sheldon están aquí: la muerte, las relaciones entre especies diferentes… Pero sobre todo este relato es un gran canto al amor. Al amor incondicional, al amor sin barreras, al amor que no conoce de límites, de razas, de culturas. Al amor que tanto bien haría en este mismo planeta, en el que vivimos cotidianamente. En el planeta que necesita ese amor como agua necesita un huerto. Un planeta en el cual, un día, a nadie le importe el color de los ojos de ninguno de sus habitantes.

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