jueves, 10 de diciembre de 2009

HARUKI MURAKAMI: SPUTNIK, MI AMOR


De nuevo esa soledad que me da que persigue al autor más de lo que quisiera. Lo que es cierto es que Haruki Murakami no puede evitar que sus fantasmas, tal vez sus demonios, se plasmen en su literatura. Así, tenemos de nuevo, además de doña soledad, la música, la amistad, los amores adolescentes, los gatos, el otro lado del espejo…

El narrador de esta novela del escritor japonés es un joven profesor de primaria, que a su vez es uno de los tres personajes principales de “Sputnik, mi amor”. Él nos relata la historia de Sumire, de la que está enamorado desde que se hicieron amigos en la universidad, a pesar de que entre ellos sólo hay una gran amistad. Sumire le confesará que no conoce el deseo sexual, aunque eso cambia cuando entra en escena la otra protagonista: Myû. Ésta es una mujer que conoce Sumire en una boda, es mayor que ella y está casada, pero todo esto no es ningún inconveniente para que loca de amor por ella descubra que es capaz de sentir deseo sexual por alguien. Pero en la vida de Myû ha acontecido un hecho, 14 años atrás, que mantiene en secreto y que a su vez le hace carecer de todo deseo sexual. Un suceso extraño hará que el profesor conozca a Myû y descubramos a través de este narrador sus secretos, y a través de ellos se nos desvelen los de todos los personajes.

La historia de los tres personajes se asemeja al viaje del satélite ruso Sputnik mientras daba interminable vueltas a la Tierra y su único tripulante, la perra Laika, observaba el planeta del cual había partido para nunca volver. ¿Qué pudo haber sentido Laika? ¿Se sintió infinitamente sola en su breve viaje por el cosmos? ¿Se maravilló al ser el primer ser vivo que veía la Tierra desde el espacio?

No siendo para mi gusto personal una de sus mejores novelas, puedo recomendarla con toda confianza de que gustará al lector. El personaje de Sumire me ha resultado un poco inconsistente, a veces, como si le faltase profundizar más o cambiar su forma de expresarse en alguna ocasión, la siento como inacabada. No obstante, el mismo personaje es así, inacabado. Me gusta el juego que Murakami da a esa parte más delirante de la historia, surrealista y oscura, que traslada al lector a otra realidad, a otras posibilidades.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

MURIEL BARBERY: LA ELEGANCIA DEL ERIZO


En Francia se ha convertido en todo un fenómeno editorial, y aquí en España anda ya por la decimoséptima edición. Lejos de la corriente principal imperante en el proceloso mundo de los best sellers, La elegancia del erizo es una novela cándida, sencilla, encantadora, intimista. Un soplo de aire fresco desnudo de misterioso filomísticos, hackers antisociales, intrigas vaticanas y demás argumentos habituales de la literatura de éxito de hoy en día. Al contrario, La elegancia del erizo habla de soledad, de ocultamiento, de desarraigo social y existencial. De cómo algunas personas, para pasar desapercibidas, logran crear una máscara de insulsez y aparente vulgaridad bajo la que se oculta una personalidad y una inteligencia muy por encima del resto de personajes que les rodean. Crítica ácida a la burguesía y el progresismo oficial de la Francia contemporánea, la novela de Muriel Barbery cabalga a lomos del arte, la amistad y, finalmente, de un inesperado amor que aparece en el otoño de una vida fraguada en el anonimato.

Renée, la madura portera de un noble edificio parisino, vive una doble existencia. Palurda y estúpida para sus pudientes y engreídos vecinos, en el interior de su casa y de su mente recrea una fértil inteligencia ávida y vibrante cuyos únicos límites son los que ella misma se impone para pasar desapercibida. En uno de los enormes pisos de la finca, Paloma, una niña de doce años intelectualmente superdotada, vive una vida cansina y aburrida rodeada por una familia que nada en la estulticia y las falsas apariencias. Para ambas, todo cambiará de golpe cuando un misterioso nuevo vecino, de origen japonés, llegue al inmueble y se instale en él para desenmascarar, en unas pocas páginas, las dos dobles vidas de ambas protagonistas.

Una novela sobre pequeñas revelaciones, sobre el análisis del comportamiento de gatos y perros, sobre la extrañeza y la diferencia, sobre la lucha contra los patrones sociales y conductuales, pero sobre todo, una novela sobre la belleza de la mente, la cultura, y el amor hacia el arte y el ingenio humano. La elegancia del erizo: un tratado sobre la filosofía de lo bello y lo amablemente pequeño. Un tesoro por descubrir.

martes, 24 de noviembre de 2009

LITERGATURAS: YA A LA VENTA


- Oye, Betty, ¿te has enterado que ya está a la venta el libro “desde el cielo el cielo no se ve”, ese en que hay incluido un relato del humano macho?
- ¿Ah, sí? Vaya, Mini, pues menudo dolor de cabeza nos espera. Ya lo estoy viendo hablando a todas horas de eso, que si el libro, que si el relato, que si a ver si lo compra la gente, que si…
- Bueno, es normal, ¿no? Si a ti te publicaran algo, ¿no te gustaría que la gente lo comprara?
- ¿Publicar yo? Como no sea un manual sobre adiestramiento de humanos…
- ¿Tú crees que tendría éxito?
- Sí, en las librerías felinas de todo el mundo.
- Ya. El caso es que este libro no se va a encontrar en las librerías, creo. Al menos en las de España.
- ¿Y entonces cómo bigotes va a venderse el libro, tú que pareces saberlo todo, oh sabia e inefable gata?
- Pues a través de la página web de la editorial, Voces de Hoy. Es que tiene su sede en Miami.
- Mmmmm… Venta por Internet, ¿eh? No lo ponen muy fácil que digamos.
- Sí, no es tan difícil. En este enlace: http://www.vocesdehoy.net/concurso_cuentos.html se puede encargar y luego te lo envían a casa.
- ¿Y cuánto cuesta?
- Bah, 27 dólares de nada, gastos de envío incluidos.
- ¿Veintisiete dólares? ¿Y eso en euros cuánto es?
- Pues dieciocho euros de nada.
- Bueno, no es mucho, teniendo en cuenta que lo envían desde Estados Unidos.
- Sí, y que hay un total de veintiún relatos, todos los ganadores y finalistas del Concurso de Relatos Augusto Monterroso.
- Vale. ¿Lo publicamos en el blog, entonces?
- Sí, publiquémoslo, pobre. Seguro que le hace ilusión y tal.
- Sí, de ilusión también se vive, que dicen los humanos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

JOHN CROWLEY: PEQUEÑO, GRANDE


He de advertir de nuevo que nos hallamos ante una de mis principales referencias literarias de los últimos tiempos. Así que lo que pueda escribir o valorar sobre John Crowley es cualquier cosa menos objetivo. Mi afición (¿amor?, ¿rendición?, ¿respeto? No, mucho más que eso) por sus novelas se remite a la soberbia AEgypto, una portentosa odisea en la que el autor juguetea con la construcción de una metahistoria que a través de los siglos surge en la mente de algunos personajes gracias a un concepto tan original y difícil de practicar como el arte de construir edificios y palacios hechos de memoria. El mismo concepto subyace en Pequeño, Grande, un tour de force narrativo en el que Crowley nos convence de que cualquier cosa que pueda haber pasado puede efectivamente haberlo hecho… o no. Ah, ¿Qué no queda claro? Pues nada, lo explico mejor a ver si se me entiende.

Fumo Barnable, un joven de ciudad (Nueva York, supongo), se casa con Alice, una mujer perteneciente a una extraña familia que vive en un remoto rincón del campo llamado Bosquedelinde, en realidad una compleja mansión que nunca es lo que realmente parece y en la que las puertas y pasillos no conducen necesariamente al lugar que uno piensa. A partir de su boda, el recién llegado Fumo descubre que su familia adoptiva tiene unos extraños lazos con un siempre entrevisto “más allá”, un mundo intuido y velado por capas de recuerdos que no son más que sueños e intuiciones que se transmiten de generación en generación en el seno de la familia Bebeagua.

La saga familiar (en la que destacan poderosamente Nora Nube, la echadora de cartas de la familia, Sophie, la hermana de Alice, o Auberón, el único hijo varón de Fumo) transcurre a contracorriente de las décadas, adormecida en un enclave abrigado del flujo del tiempo, en el que las historias se entrecruzan y toman senderos insospechados, en el que los recuerdos no siempre viajan del pasado al presente, en el que la intervención de seres de “otras esferas” modifica expectativas y teje hilos nuevos en el largo telar en el que Bosquedelinde está bordado. En el fondo subyace el Cuento. ¿Qué Cuento? El que la familia Bebeagua está seguro de habitar, el Cuento (así, con mayúsculas) soñado y prometido hace décadas, del que son protagonistas sin casi saberlo, pero en cuya conclusión están destinados a tener un papel determinante.

Un papel que finalmente deviene cierto, produciendo el final del Cuento cuando una antigua pariente escindida de la rama principal de la familia descubre un terrible secreto, el despertar de un emperador muerto desde hace más de ochocientos años, y una cruel guerra en el que está en juego la existencia de ese otro universo que la familia Bebeagua intuye sin visitar apenas pero que sabe cierto y real más allá de toda posibilidad de comprobación.

Una ventana a la imaginación, a las historias infantiles, a los cuentos de hadas, al misterio, a todos los “otros lados” habidos y por haber en la historia de la literatura. Un portento de narrativa a mitad de camino entre el género fantástico y el costumbrismo lleno de poesía y de imágenes incomparables. Un gran libro. Una gran novela. Grande John Crowley.

viernes, 6 de noviembre de 2009

LA TRILOGÍA MILLENNIUM: SE CIERRA EL CÍRCULO


No se sabe la de millones de años que hacía que una saga de novelas despertaba el interés, la pasión y casi la histeria que ha cosechado la trilogía Millennium, del desaparecido Stieg Larsson. Ya hemos comentado en este blog las dos primeras novelas de la serie, la correcta e interesante Los hombres que no amaban a las mujeres, y la banal e inverosímil La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina.

¿Y la tercera entrega? ¿Qué hay de La reina en el palacio de las corrientes de aire? ¿Hay para tanto? ¿Supera las dos anteriores o está por debajo? Bien, pues después de haberme zampado religiosamente sus chiquicientas páginas, puedo decir que la tercera novela de la saga supera con creces la segunda entrega y se halla como mínimo al mismo nivel que la primera.

No, no es que La reina en el palacio de las corrientes de aire sea una supernovela, no. En mi opinión Larsson es (era) un periodista competente (lo mejor de este libro a mi entender es lo que ocurre en las redacciones de los medios de comunicación), que escribe bien, que sabe trazar complejas tramas y subtramas con desparpajo y agilidad, que supo crear un par de personajes verdaderamente bien conseguidos… y ya está. No revolucionará el género negro, no aporta nada nuevo a la literatura contemporánea (a excepción del curioso marco que supone una Suecia poco retratada en la literatura que nos llega por estos lares), ni descubre nada que muchos otros autores ya hayan explorado mucho antes.

Eso sí, hay que reconocer que sus novelas te las lees de un tirón, que causan cierta larssondependencia, y que son ingeniosas, entretenidas y muy amenas. Poco más. Pero tampoco es algo que haya que minusvalorar en sí mismo. Seguro que Larsson ha hecho leer a muchas personas que no tenían esta costumbre, y si una sola de ellas coge el hábito, bien merecen la pena todos los ríos de tinta que su trilogía ha hecho correr en estos años.

miércoles, 14 de octubre de 2009

GENE WOLFE: EL LIBRO DEL SOL LARGO


Confieso mi antemano mi admiración y rendida devoción hacia la obra y el estilo literario de Gene Wolfe, escritor estadounidense nacido en 1931 y autor de algunas (bastantes) de las mejores novelas de ciencia-ficción y literatura fantástica de los últimos cuarenta años. Ya de muy joven tuve el placer de descubrirlo gracias a algunos relatos (La Sombra, La Befana, el tremendo La muerte del Doctor Isla), y con posterioridad lo he seguido con determinación y denuedo gracias a maravillas hechas novelas como la impresionante La quinta cabeza de Cerbero, Puertas o la muy recomendable serie de Latro (Soldado de la niebla, Soldado de Areté y Soldado de Sidón), un guerrero griego que debido a una herida pierde su memoria cada día y lleva su vida apuntada en un gran rollo de pergamino.

Pero es con la desmedida, titánica y épica serie de El libro del Sol Nuevo que Wolfe alcanza una maestría sin parangón. En los cinco libros de la serie (no puedo dejar de plasmar sus poéticos y a la vez terribles nombres: La sombra del torturador, La garra del conciliador, La espada del líctor, La ciudadela del autarca, y La Urth del Sol Nuevo), se narra la historia de Severian, un aprendiz de torturador que deviene amo y señor de un planeta (en realidad un trasunto de la vieja Tierra) cuyo moribundo sol está cercano a su fin. La grandiosidad y precisión del rico y sabio lenguaje de Wolfe desgrana toda suerte de aventuras, recuerdos, aspectos culturales y relaciones sociales de una sociedad que podría estar tanto un millón de años atrás como delante de nuestro tiempo actual.

Y ahora acabo de terminar las tres novelas publicadas por Minotauro de otra de sus series: El libro del Sol Largo, una especie de secuela de la anterior, en la que los supervivientes de Urth viajan por el espacio en una nave-mundo regidos por dioses ya desaparecidos fabricados a imagen y semejanza de los creadores de tan descomunal astronave. En la serie (formada por cuatro libros de los que tan sólo se han publicado tres en España: Nocturno del Sol Largo, Lago del Sol Largo, y Caldé del Sol Largo), un humilde sacerdote y augur, Seda, se ve involucrado en una revolución social y política en cuyo vértice se acaba instalando, socavando los cimientos políticos y morales de un mundo que lleva más de trescientos años con sus estructuras inmovilizadas. Acompañado de la prostituta Chenilla, el ladrón Alca, sus ayudantes androides y un grajo nocturno que habla, Seda descubre la historia, el pasado y el futuro de esa nave-mundo, y también que los dioses son mucho más terrenos y prosaicos de lo que él siempre había creído.

Hechizante, amena, deliciosa y entrañable, quizá menos asombrosa y épica que la serie anterior, El libro del Sol Largo nos devuelve al mejor Wolfe, al hombre que un día decidió buscar los límites de su propio lenguaje y se encontró con que no los tenía. Absolutamente impresionante.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

LITERGATURAS: FALLO DEL CONCURSO AUGUSTO MONTERROSO


- Oye, Bettty, ¿tú has escuchado la conversación de estos dos humanos?
- Claro. Como si fuera posible no oírlos, con lo que gritan ambos.
- Entonces es verdad que el humano macho ha quedado tercero en otro concurso de relatos.
- Sí, uno que se llama… a ver que me acuerde… ¡Ah, sí! Concurso de cuento corto Augusto Monterroso, convocado por la Editorial Voces de Hoy.
- Vaya, ¿y tú ya lo sabías?
- Sí, Mini, lo he visto en Internet. Mira, está en este link:


- Jolín, pues ya lleva cuatro concursos en menos de un año en el que queda entre los primeros.
- Sí, se ve que es muy persistente con eso. No para de enviar relatos a todos lados.
- ¿Y la humana hembra no lo hace?
- ¿Es que no los has oído? No, la humana no los envía y así es como difícil que te reconozcan nada. El humano macho no para de decírselo.
- ¿Y tú crees que lo hará?
- Supongo que sí, al menos a concursos de esos que puedes enviar los textos por correo electrónico, que los otros le dan mucha pereza.
- Bueno, a ver si espabila. Por cierto, y el relato del macho, ¿se va a publicar?
- Pues sí. Dentro de una antología que se llamará “Desde el cielo el cielo no se ve”, de la misma editorial Voces de Hoy, que saldrá en octubre a la venta.
- ¿Octubre? Eso es dentro de nada.
- Dentro, fuera… qué más da. Lo malo es que ahora estará imposible, su ego crecerá varios metros y no parará de hablar sobre su relato, sobre el concurso, sobre el libro y bla, bla, bla.
- Bueno, Betty, pero eso es normal, ¿no?
- Sí, pero el que no es normal es él. Espero que no vendan más de quince ejemplares; si no, no habrá quien lo aguante.

jueves, 24 de septiembre de 2009

AUTOBOMBO II


Siento volver a molestar a nuestros sufridos seguidores y amables lectores con mis modestos éxitos en el mundo de los concursos literarios. Pero acabo de recibir una buena noticia y eso hace que me muestre comunicativo y expansivo. Por la tanto, deseo hacer partícipe a todo aquel al que le interese (y al que no también), que he sido seleccionado como finalista en el Concurso Internacional de Cuento Corto "Augusto Monterroso", convocado por la editorial Voces de Hoy. Todos los finalistas publicarán sus relatos en una antología de la propia editorial que se llamará Desde el CIELO el cielo no se ve. Paralelamente, el 30 de septiembre se hará pública el acta del jurado con el veredicto final sobre el relato ganador del concurso.

¿Que si me gustaría ganar? Pues claro. Pero no peco de falsa modestia si digo que con esta noticia (la de la publicación del relato) ya estoy más que satisfecho y contento. A cualquier persona que escriba le pasaría lo mismo al tener la sensación de que eso que escribes con tanto esfuerzo, hurtando tiempo al tiempo, le gusta a alguien. Hay un poco de ego en ello, sí. Pero humano, o al menos así lo veo.

¡Ah! ¿Que de qué va el relato? Pues se llama Punto de partida, y va sobre un rey de la antiguedad que muere y su alma revive su pasado y... Bueno, hasta aquí puedo leer.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

JONATHAN CARROLL: SOPA DE CRISTALES


El surrealismo es una corriente artística que sobre todo ha sido fructífera en el siglo XX en campos como la pintura (Dalí), el cine (Buñuel), o la poesía (García Lorca), genios todos ellos que gracias a su distorsionada visión de la realidad producían nuevos mundos llenos de referencias cruzadas y delirios con nombre propio.

¿Y en prosa, en narrativa? ¿Hay alguien del que pueda asegurarse que es fecundo y aventajado discípulo de tan excelsos maestros? Después de haber leído tres de sus novelas, me atrevo a decir que éste se llama Jonathan Carroll. Antiguo profesor de literatura afincado en Viena, Carroll se ha especializado en un discurso tragicómico que combina de forma mágica lo habitual con lo sorprendente, lo lógico con lo increíble, lo cotidiano con lo irreal.

En Sopa de cristales, la trama gira alrededor de dos personajes, Vincent Ettrich e Isabelle Neukor, capaces de atravesar la frontera que separa la vida de la muerte, una muerte que recrea con mansa placidez los recuerdos y deseos inalcanzados de cada alma que cruza esa incierta frontera. En esa muerte que es como un lienzo en blanco en que cada espíritu pinta su cuadro a placer, hay hombres de veinte centímetros de altura, pulpos gigantes que conducen autobuses, y un dios que toma la imagen de un gigantesco oso polar.

En el mundo descrito por Carroll, sus atribulados personajes se enfrentan a las fuerzas del Caos, un poder tan sólido y peligroso (o más) que la propia muerte, un insidioso enemigo que lucha por subvertir la ya deformada realidad en busca de la entropía definitiva, del subjetivismo extremo, de la rotura del frágil tejido con el que está confeccionado el paño de esa delicada y delirante realidad. Una realidad que tan sólo puede ser anclada y salvaguardada por el hijo aún no nacido de la pareja de protagonistas principales.

Sorprendente, alocada, trepidante, absurda, cercana, cálida, amenazadora… estos y muchos otros calificativos pueden utilizarse para describir Sopa de cristales, un nuevo hito del autor que sorprendió al mundo con El mar de madera y cuyo distorsionado universo crece exponencialmente a cada nuevo libro, a cada nueva idea. A cada nuevo placer ideado por una de las mentes más lúcidas y heterodoxas de la literatura contemporánea.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

DAN SIMMONS: ILIÓN / OLYMPO


¿Te imaginas que la Guerra de Troya, tal como la narró Homero en La Ilíada, hubiera tomado un rumbo distinto y Aquiles y Héctor hubieran pactado un armisticio para luchar juntos contra los dioses del Olimpo? ¿Qué pasaría si esos dioses fueran en realidad posthumanos inmortales altamente evolucionados y con poderes sobre la materia y la energía cuánticas que han recreado el asedio a la antigua Ilión en un futuro situado a 3.000 años de distancia de nuestro presente? ¿Y si además en los satélites de Júpiter viviera una raza de entes semiorgánicos llamada moravecs desarrollada a partir de una antigua estirpe de androides y robots que deben acudir al rescate del último puñado de auténticos seres humanos de la Tierra, en riesgo de extinción? ¿Y si toda esta trama fuera narrada por un antiguo profesor universitario recreado genéticamente por la diosa Atenea para ejercer de enviado especial al tablero de ajedrez que es realmente ese futuro?

El escritor norteamericano Dan Simmons, auténtico revolucionario del género de ciencia-ficción desde la publicación en 1989 de la desmedida novela Hyperion, nos transporta en los cuatro volúmenes de la edición española del fresco compuesto por Ilión / Olympo a una epopeya narrativa que aúna en amable maridaje el pasado épico y guerrero de las tragedias homéricas con las más modernas teorías científicas y cuánticas. El autor de otras formidables novelas como La caída de Hyperion, la saga de Endymion o, ya en el género de la literatura de terror, clásicos como Los vampiros de la mente, La canción de Cali o El Terror, nos traslada a un nuevo universo que se nutre de clásicos como Homero, Shakespeare, Proust, Keats y otros nombres ilustres e imborrables para fabricar algo sorprendentemente nuevo, espectacular, caleidoscópico, panorámico…

Este antiguo profesor de literatura que es Simmons lo borda una vez más en Ilión / Olympo, y sin ningún género de dudas se reafirma como uno de los más completos renovadores de la Literatura (así, en mayúsculas) de los últimos treinta años. No importa cómo califiquemos sus obras: ciencia-ficción, fantasía, terror… Son etiquetas caducas e insuficientes ante un talento torrencial y desmesurado como pocos ha habido en las últimas décadas. Simmons es una especie en peligro de extinción: un gran escritor, lleno de talento e imaginación, cuyas novelas hacen que te desesperes cuando su final se acerca y los personajes con los que has trabado conocimiento a través de su lectura están a punto de decirte adiós junto al final (siempre inesperado) del libro. Un verdadero gigante, un héroe de la escritura tan invulnerable como el propio Aquiles, tan todopoderoso como el invencible (¿seguro?) Zeus. Un titán entre hombres. Ilión / Olympo: una imperecedera, desde ya, obra maestra.

viernes, 4 de septiembre de 2009

HARUKI MURAKAMI: AL SUR DE LA FRONTERA, AL OESTE DEL SOL


Lo confieso: vivo inmersa en un ataque de Murakamimanía. Sí, desde que lo he descubierto he caído rendida a los pies de sus novelas. Lo conocí a través de Tokio Blues y Kafka en la orilla. Fue durante una ojeada a la lista de libros de una biblioteca cuando di con ellos hará un par de años. Me gustaron muchísimo, pero las musas, el tiempo y las circunstancias no permitieron que volviera a leer nada de él. Vaya una confesión: a veces, cuando algún escritor me gusta tanto, me da cierto miedo seguir leyendo sus novelas y que el mito se derrumbe, así que me quedé con ese gustazo en la boca, como saboreando indefinidamente un buen bocado. Pero puedo asegurar que después de seguir leyéndolo no hay desilusión posible. Todo al contrario: lo que fue un flechazo se está convirtiendo en una sólida historia de amor con un buen argumento.

Al sur de la frontera, al oeste del sol relata la vida de Hajime, un hombre en principio feliz, satisfecho con su vida actual, casado, con dos hijas, dueño de un par de locales de jazz. Pero toda su realidad se tambalea cuando aparece Shimamoto, un gran amiga de la infancia, su amor adolescente, casi infantil. En esta novela se vuelven a distinguir los demonios y los guiños de Murakami, la soledad del adolescente, la búsqueda de su identidad, cierta inadaptación social, el vacio existencial, la vida contemporánea, el suicidio, el amor, la traición, el dolor, etc.

Cuando empecé a leer la novela pensé que resultaba algo trivial tanto por la historia como por su exposición. En fin, que temí que fuese un relato sin sustancia. Pero invito al lector para que llegue hasta el final, pues cuando acabé su lectura vi que Hajime se había metido de soslayo dentro de mí, y sentí en mi piel sus dudas, su sufrimiento, su desesperación, su soledad vital, y sin saber en qué momento, me había abducido. Sí, sucedió que Murakami me transportó desde la sencillez de un relato que me parecía insustancial hasta el más profundo sentido de la existencia de su personaje. Una gran historia, relatada con maestría y sin ningún tipo de ínfulas ni pretensiones. Una nueva joya del collar de piedras semipreciosas que es ya la obra literaria del japonés.

jueves, 27 de agosto de 2009

ROBERT SILVERBERG: ALAS NOCTURNAS


Confieso que no soy lectora de ciencia ficción. Soy de las que miraba con cierta altivez a los que leían lo que yo consideraba novelillas de guerras de marcianos y poco más. Pido perdón desde aquí por mi analfabetismo al respecto. Gracias a un acérrimo del género como es Óscar he descubierto que ciencia ficción es también literatura. Es él quien dándome la mano va guiándome a través de escritores y novelas que justo estoy descubriendo. Así que no es de extrañar que comente libros como éste que datan de 1969. Y eso precisamente es un dato muy relevante. Sí, pues tuve que ir a buscar la fecha de la primera edición para darme cuenta de que Silverberg es un avanzado a su época, poco menos que un profeta y un ecologista precoz.

En este libro la Tierra es un planeta en que existen hermandades que reúnen a vigilantes, gobernantes, voladores, peregrinos, memorizadores, etc. Todos ellos tienen una misión precisa. Uno de sus protagonistas es un Vigilante, la otra una voladora llamada Avluela. El retrato de los dos es magnifico, a la vez que conmovedor. Ambos vigilan el cielo para defender la Tierra del invasor. A través de la lectura he visto nuestro planeta en el que ya se plasman todos los temores presentes, los desastres ecológicos, las peores virtudes humanas que corrompen la Tierra, la capacidad de transformación, la metamorfosis y la esperanza de que un futuro mejor es posible, pero que está en manos de cada uno su propio futuro y el del resto.

Una buena novela, bien relatada, profunda, para hacer reflexionar sobre la realidad presente, sobre el futuro de los seres de este planeta que se va rebelando contra lo que en otro momento era una civilización respetuosa con su entorno y más en consonancia con la Tierra.

miércoles, 1 de julio de 2009

MARKUS ZUSAK: LA LADRONA DE LIBROS


El punto de vista del narrador es siempre una de las claves del éxito de una novela. Hay narradores omniscientes, en tercera persona, impersonales… Los hay también protagonistas, o antagonistas, o deuteragonistas. Múltiples y de toda clase y condición. Y no importa cuál sea el escogido para conducirnos a través de una historia, todo dependerá de la habilidad del escritor, de su cantera de recursos, de los trucos empleados y su estado de gracia para usar uno u otro y conseguir su propósito: atraparnos, enredarnos en esa historia, en esa trama. El fin justifica los medios. El resultado final de una obra se explica también por los recursos empleados en su creación.

¿Y a qué viene toda esta digresión? Pues a que en La ladrona de libros, el escritor australiano Markus Zusak utiliza como voz narradora una inesperada invitada, a priori sumamente difícil de manejar: la Muerte. Una Muerte muy humana, por cierto, capaz de sentir piedad o desdicha ante las almas que debe acarrear hasta el Hades, o bien de regocijarse ante el óbito de malvados y miserables. Y es esa misma Muerte, extrañamente compasiva y dotada de sentimientos, de afinidades y rencores, quien nos introduce en la hermosa historia de Liesel Memimger, una niña alemana acogida por una familia pobre poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, y tras la traumática muerte de su hermano pequeño y la huida de su madre biológica. En su nueva familia, compuesta de una vocinglera y malhumorada mujer y su soñador y tierno marido, Liesel se abrirá a la vida, a la amistad, al amor y, por encima de todo, a las palabras.

Porque son las palabras el eje central de La ladrona de libros. En efecto, Liesel emprende una prometedora carrera como usurpadora de libros ajenos, mediante los cuales escapar de la tristeza, la pobreza y finalmente de la guerra que termina llevándose su nueva vida por delante. Y mediante esas palabras, Liesel resiste, se anima y anima a los demás, despierta a la vida, lucha contra otras palabras más inicuas, cargadas de odio y violencia.

"En cierto modo, es una novela sobre el extraordinario poder de las palabras", afirmó hace un par de años Zusak sobre su obra. Un poder incontestable, que se hace visible en un imaginario cuadrilátero en el que se enfrentan las palabras que dieron lugar al régimen político y la ideología más odiosa de la historia de la Humanidad, contra las palabras de amor y camaradería que logran contrarrestar el ponzoñoso veneno de la ideología nazi. Palabras como las que usan algunos los pequeños héroes que protagonizan la novela, encabezados por la propia Liesel, la niña que vive en una pequeña localidad cercana a Munich con sus padres de acogida, Hans y Rosa, y más tarde también con un judío, Max, refugiado en el sótano de la casa familiar, capaz de blanquear las páginas del libro de Hitler Mein Kampf para poder escribir de nuevo sobre ellas. Pequeños héroes como Rudy Steiner, su mejor amigo, un chico jovial e inconformista, inveterado compañero de andaduras.

Amor, amistad, tristeza, camaradería, lealtad, tragedia, compromiso… Emociones traducidas en palabras, las mismas que logran que Liesel y los habitantes de su pequeño mundo sin casi esperanzas logren sobrevivir en un día a día marcado por el odio y la intolerancia. Esperanza frente al horror. Amistad ante el totalitarismo. Palabras frente a las bombas. Y un último, redondo y determinante mensaje: el ser humano es (a veces también) extraordinario.

jueves, 25 de junio de 2009

HARUKI MURAKAMI: KAFKA EN LA ORILLA


El mundo editorial está (verdad de Perogrullo) lleno de libros. Algunos de ellos decididamente malos; los más, medianías simplemente correctas, libros que “están bien” pero cuyo contenido carece de calado suficiente como para generar un recuerdo perdurable. Luego están los libros buenos o muy buenos, y aquí cada uno posee su particular colección de iconos y autores favoritos. Finalmente, están aquellas obras que uno sólo puede clasificar como extraordinarias.

Kafka en la orilla, del recientemente descubierto en occidente Haruki Murakami, es sin duda una de ellas. El autor de otras novelas ampliamente reconocidas como Tokio Blues o Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, construye en dicha obra un relato arrebatador, una maratón de fantasía a caballo entre la ironía y la melancolía, un ejercicio de estilo poliédrico cuyos mimbres superpuestos beben a la vez del realismo sucio y de la aventura mágica a través de los mundos oníricos por los que transitan los protagonistas del libro.
Protagonistas como Kafka Tamura, un joven de quince años que abandona su hogar para buscarse a sí mismo y un lugar en el mundo sin más compañía que un alter ego llamado Cuervo y que lo encuentra, de forma momentánea, en la biblioteca privada de una fundación situada en una ciudad mediana de provincias. Protagonistas como la señora Saeki, eje central de una vieja y trágica historia de amor en cuyas procelosas aguas Tamura se pierde para pasar a formar parte integrante de su eterno desarrollo. O como Satoru Nakata, un anciano superviviente de un oscuro episodio de la Segunda Guerra Mundial, de mente e inteligencia limitada pero poseedor de dones extraordinarios como el poder hablar con los gatos, y que, en una de las múltiples piruetas argumentales de la obra, acaba asesinando al padre de Tamura y huyendo para cumplir una incomprensible misión que ni él ni su acompañante, el camionero Hoshino, son capaces de entender.

“Es una pérdida de tiempo intentar encontrarle un sentido a las cosas que no lo tienen”, comenta el propio Hoshino en uno de sus frecuentes soliloquios interiores. Y eso haría el lector si decidiera leer Kafka en la orilla desde el prisma de una lectura convencional. Fracasará, no lo conseguirá, y terminará (si realmente finaliza la lectura) maldiciendo a ese autor incapaz de seguir un argumento lineal, de buscar complicidades con el lector, de narrar una historia veraz y plausible. Pues la razón y la voluntad, la ortodoxia y el orden son conceptos espurios para Murakami. Nada de todo ello le interesa. Al contrario, el territorio en que germina su fértil literatura es el caos, el deseo, el limbo incierto que se mueve entre el sueño y la pesadilla, el complejo y la determinación.

Movidos por hilos cuyo origen desconocen, los personajes de Kafka en la orilla son barcos que navegan en la noche y se lanzan mensajes hechos de una luz que apenas orada las tinieblas de su angustia vital. Son personajes en perpetua búsqueda, llenos de sombras y claroscuros, de contradicciones emocionales, de trastornos de personalidad, de ambigüedad respecto a sus propias características como seres humanos. “Lo que existe fuera de ti es una proyección de lo que existe en tu interior. Lo que hay dentro de ti es una proyección de lo que existe fuera de ti”. He aquí la fuerza motriz de Tamura, de la señora Saeki, de Nakata, de Hoshino. Todos se proyectan en el otro, buscando en el exterior los rasgos más afortunados de sí mismos, incapaces de verlos y apreciarlos si no es en el espejo de otra persona.

Murakami indaga en los grandes ejes duales del alma humana. Bien y mal, luz y oscuridad, realidad y ficción. La eterna dicotomía del ser humano, su duplicidad intrínseca. Todos formamos parte de un todo, todos tenemos más de una cara, parece querer decirnos. Y acierta. Sabe que no existe la perfección en el mundo. Pero gracias a libros como este, uno llega a pensar que al menos podemos disfrutar, de tanto en tanto, de pequeños fragmentos de esa perfección.

lunes, 22 de junio de 2009

SIRI HUSTVEDT: ELEGÍA PARA UN AMERICANO


Hacía tiempo que quería leer algo de esta autora, pues me habían comentado que lo hacía bien. Y no me ha defraudado. En realidad, mi interés tuvo un detonante con toques frívolos, pueriles: Hustvedt es la mujer de Paul Auster. Y eso precisamente debe ser un asunto difícil, pues la imagino convertida fundamentalmente en “su mujer”, y que debe estar sudando la gota gorda para ser reconocida por sí misma, por su propio valor literario y para que la gente no haga lo que yo acabo de hacer en estas primeras líneas. Pero lo cierto es que ser su mujer, por otra parte, debe facilitar el que te lean aunque sólo sea por chafardeo, y ya quisiera yo lo mismo. Pero voy a la novela, que es de lo que se trata, después de estos momentos mundanos y superficiales.

La novela se desarrolla a través de dos personajes principales, los hermanos Erik e Inga. A raíz de la muerte del padre descubren una carta que encubre cierto misterio, que se mantiene en toda la narración. Pero esto que un principio parece lo importante, no es ni de lejos lo que interesa de la novela; de hecho, a mí “esto” (no quiero desvelar nada) me produjo cierta decepción. Es muy interesante el trabajo profundo de los personajes, encantador y especial el personaje de la hija de Miranda, Eggy, y la curiosa relación que va a mantener con Erik. Miranda es la nueva vecina de Erik y lo va a llevar loco de deseo durante toda la novela. Destaco también a Burton, me gustó mucho este personaje, es de los que te calan, al igual que Eggy, tienen una catadura especial, y ambos son de los que cuando cierras la novela los sigues recordando después de los personajes principales.

A través de la lectura he asistido a varias historias a la vez; la de Erik, piscoanalista, separado, enamorado de su vecina Miranda, que investiga el secreto de la carta de su padre ayudado por su hermana. Pero mientras investiga, nos lee también las memorias de su padre, que nos reconducen a su familia de emigrantes noruegos y vuelve a sus orígenes a la vez que a la casa de su infancia. Se nota que Siri Hustvedt trabajó especialmente la mente humana, que se metió a fondo en la psiquiatría, en las enfermedades mentales, que están muy presentes a través de Erik, el cual se enfrenta a sí mismo a través de sus propios pacientes, o de sus reacciones con el ex marido de Miranda, dando la cara a su soledad, a sus miedos, a la muerte del padre.

Inga me resulta una mujer delicada, encantadora, que Erik me lleva a conocer mejor, pues se llega a ella mediante los ojos del hermano. Inga, aunque es escritora y en la novela se trata el asunto, aparece a mis ojos básicamente como la viuda de un escritor de culto. Ese precisamente es el eje fundamental de su historia, su vida después de la muerte de él, Max Blaustein, y cómo entender a su marido muerto, comprender su propia relación y descubrir sus secretos, evitar que su pasado haga daño a Sonia, la hija de ambos, quien a su vez mantiene una relación muy especial con Erik, quien ha pasado a ocupar el lugar del padre y se cuida de ambas, hermana y sobrina. Poco a poco Inga intenta rehacer su vida, intentando que se la ame por sí misma, no por ser la viuda de Max (curioso, ¿serán esos los demonios de la escritora?), a la vez que encara la historia de su marido y enfrentándose al acoso de los periodistas que buscan carnaza: sus secretos. Pero en la sombra Burton la acompaña para protegerla sin que ella sepa nada, dando cuenta de sus pesquisas a Erik, que asiste asombrado a las proezas de un hombre que ha estado enamorado de su hermana toda la vida. Burton encarna al amor simple, sin paliativos: enternecedor.

Es curioso que, al igual que la novela de Auster “Un hombre en la oscuridad”, la sombra de las torres gemelas está muy presente en la novela, es como si a través de unas pinceladas Siri Husvedt quisiera inmortalizar en su obra el horror que ha quedado impreso para siempre en su vida, en su propia retina.

Es una novela completa, una muestra de buena literatura, que no juega con las tretas de ciertas novelas de renombre, que saben manejar la intriga y poco más. En “Elegía para un americano” he asistido a unos personajes trabajados psicológicamente con una maestría magnífica, una historia a varias bandas en que las memorias del padre se convierte en coadyuvante, en voz en off en toda la narración, lo mismo que el propio padre de la escritora, pues son extractos de sus memorias. Pondría pegas al inicio de la novela, en el sentido que promete un secreto que a mí me dejo un poco fría, no obstante, el proceso de investigación del mismo es sumamente rico y puedo decir que lo compensa. En resumen, no hay que esperar grandes intrigas, sino saborear página a página esta gran novela, regodearse en el placer lento que va dando su lectura, sin grandes sobresaltos, pero en la que todas las páginas son parte de algo más grande y en la que todo tiene sentido y adquiere vida propia. Esta novela me ha hecho descubrir a una escritora que me despierta el interés suficiente como para seguir leyéndola. La recomiendo encarecidamente, hay que descubrirla.

jueves, 18 de junio de 2009

ACTA Nº 1 DEL CONSEJO EDITORIAL DE “FANTASÍAS Y QUIMERAS”


Reunido en fecha 18 de junio de 2009 el Consejo Editorial del blog literario “fantasías y quimeras”, formado por los siguientes integrantes:

Alicia Salgado – Fundadora y contribuyente
Óscar Bastante – Fundador y contribuyente
Betty y Mini – Asesoras literarias
Óscar De Dios – Suscriptor y experto informático


Se ha debatido la necesidad de encontrar un nuevo método, más pulcro y ortodoxo, para poder ir colgando en el blog las diferentes partes de que consta la novela El linaje de los sueños, escrita por los fundadores del blog, debido a que el método escogido por uno de ellos resultaba pedestre y patillero en suma medida.
Algunas de las medidas correctoras propuestas (alquilar un servidor a la NASA, quemar la novela, colgarla en esperanto para que nadie la entienda y evitar así una oleada de suicidios en masa, etc.) no han prosperado, y finalmente se ha aceptado la solución aportada por el suscriptor y experto informático: crear archivos PDF que cada quince días aproximadamente se irán subiendo a un servidor (no, el de la NASA no, uno más cercano). En el blog (este que estás visualizando en estos momentos) se irán creando enlaces directos a esos archivos en PDF justo a la izquierda de la pantalla, debajo de la cabecera, bajo el epígrafe “EL LINAJE DE LOS SUEÑOS”.
La votación final ha arrojado un resultado de 3 a 2 a favor de esta solución, y tras ella se ha procedido inmediatamente a ejecutar el primer paso: colgar la primera parte de la novela, ya accesible en el blog.
El Consejo Editorial quiere aprovechar para agradecer la colaboración de nuestro ínclito y fiel seguidor, y también para pedir comentarios, opiniones, sugerencias, críticas (excepto las procedentes de cierto felino arrabalero llamado Dioni, cuyas impertinencias e intromisiones no son bien recibidas en este blog). Lo dicho, os pedimos participación, a la vez que indulgencia y paciencia. Y a cambio os mandamos un nítido e inequívoco deseo: que podáis disfrutar de nuestra novela.


VOTO PARTICULAR DE LAS ASESORAS LITERARIAS: Por si no había quedado claro, nosotras somos las que hemos votado en contra, al no haberse aceptado ninguna de nuestras propuestas alternativas. Lo del servidor de la NASA era por ver si una vez alojada allí la novela algún militar de alto rango se daba cuenta de su potencial a la hora de convertirse en una ADM (Arma de Destrucción Masiva). Lo de quemarla era una broma: estamos en contra de la emisión de CO2 a la atmósfera y el calentamiento global (con lo limpias que son las máquinas destructoras de papel). Lo del esperanto iba en serio (así ellos dos se pasaban unos cuantos años traduciendo el libro y nos dejaban el blog para nosotras solas).


En Barcelona, a 18 de junio de 2009

lunes, 15 de junio de 2009

EL LINAJE DE LOS SUEÑOS: EL ARGUMENTO


- Oye, Betty, ¿hoy no es el día en que los dos humanos tenían que empezar a colgar su novela en este blog?
- Sí, pero como son unos mantas acabados, no sé cuándo lo van a hacer. Conociéndolos, esperarán a última hora de la tarde o la noche.
- Ya. ¿Y no sería conveniente que antes de eso avisáramos a la gente sobre de qué va el argumento de la novela?
- No sé, Mini. ¿Para qué serviría?
- Pues para explicar algo de lo que van a leer. Quienes se atrevan, claro. Así al menos sabrán que uno de los protagonistas es un gato que come flores y…
- ¿Un gato que come flores? ¡Menuda majadería! Bueno, si quieres explicar algo sobre la novela, ya sabes. Aquí tienes el ordenador. Lo escribes, lo cuelgas, y hasta luego.
- Vale, déjame a mí, Ya verás, soy un hacha resumiendo argumentos.
- Sí, un hacha con el filo mellado.
- Oye, tú vete a comer o a sestear, que de esto me ocupo yo. A ver, documento nuevo… justificación… cuerpo de letra… ¡Allá va!

Un incendio. Una joven huida de una apartada aldea en busca del deslumbrante resplandor de la ciudad. Un bar regentado por un ex jardinero árabe. Una productora de televisión especializada en realities shows. Un policía corrupto. Un gato que come flores. Un escritor en ciernes que no encuentra inspiración. Una fiesta que termina en amarga tragedia…
Son algunos de los mimbres y personajes con los que Alicia y Óscar construyen El linaje de los sueños, una novela coral escrita a cuatro manos que habla de los sueños, realizables o no, de desarraigo, de búsqueda de nuevas oportunidades, de ambición y poder, del amor que se encuentra sin buscarlo.
A partir de una introducción en que un inmenso incendio destruye unas oficinas de una agencia de productos audiovisuales especializada en televisión basura, los autores tejen un gigantesco flashback que nos lleva de manera inexorable hasta ese momento culminante, y más tarde a la inesperada resolución del siniestro. En esa reconstrucción, entre la tragedia y la comedia, entre el drama y las escenas jocosas, asistimos al encuentro de diversos personajes que serán cruciales en el desarrollo de la trama.
Conxa, una joven inocente procedente de una remota aldea gallega, deja atrás a sus padres y viaja a Barcelona para encontrarse con su prima Mamen, que trabaja en Aeromedia, una productora televisiva de contenidos de gusto dudoso. Pero antes de que la encuentre topa casualmente con Habib, un árabe propietario de un bar de barriada, e inmediatamente surge entre ellos una desinteresada y ambigua amistad. Una vez que Conxa consigue contactar con Mamen, ésta la introduce en un mundo de falsedad, oropel y engaño en el que encontrará personajes como Alfons Truñó, el despiadado y ambicioso socio mayoritario de Aeromedia; Carlos, un cantante de tangos y figurante supuestamente nacido en Argentina y que no es quien dice ser; María Rosa Céspedes, una presentadora de televisión superficial y pagada de sí misma que vive los últimos estertores de su dilatada carrera; la veterana realizadora Carme Ferrús; Carmelo Fernández, un policía patibulario que extorsiona a extranjeros sin papeles a cambio de favores a Aeromedia; o Jordi Guardiola, un aprendiz de escritor que se gana la vida en los banales intersticios de los programas televisivos para huir de la alargada sombra de su padre, un alto cargo de los Mossos d’Esquadra.
Todos ellos componen un mosaico de figuras de un fresco que va de lo entrañable a lo abyecto, de lo solidario a lo insustancial, de lo ambicioso a lo ridículo. Son personajes que se muestran desnudos, que enseñan sus propias contradicciones sin cortapisas ni ambigüedades, que atraviesan las páginas y se tornan sólidos, de carne y hueso, humanos e imperfectos. Sobre todo cuando, en el clímax de la novela, la feria de las vanidades de todo este entramado coincide en la fiesta de inauguración de las nuevas oficinas de Aeromedia y con un episodio inesperado que da al traste con los sueños de muchos de ellos, muñecos henchidos de orgullo y ambición zaheridos por acontecimientos que no pueden comprender ni impedir.
Acontecimientos que dan lugar a una investigación, a la búsqueda de un culpable o de unos culpables y sus razones. Un ramillete de sospechosos y pocos móviles claros. Un misterio que se aclarará finalmente de la manera más inesperada.

jueves, 11 de junio de 2009

NOVELA A CUATRO MANOS


Bien, saliendo al paso de maledicencias sembradas por cierto gato barriobajero llamado Dioni, que estaba buscando marro, y que se ha entrometido en nuestras disquisiciones literarias buscando trivialidades y carnaza barata, paso a puntualizar alguna cuestión oscura que pudiera parecer que evitamos. Por eso acometo la labor de clarificar el hecho de que hayamos sido capaces de escribir una novela a cuatro manos. Puedo decir que la labor fue una labor ardua, no exenta de momentos delicados, pues como ha dicho un buen amigo del blog: ya es suficientemente difícil hacer la lista de la compra entre dos.


Sí, hubo discusiones, enfados, morros, morritos y morrazos. Pero cuando lo miro en la distancia creo que fue una lección para poner a prueba nuestras capacidades más diversas, y una oportunidad de aprender a superar complejidades personales, egos inamovibles, inflexibilidades, etc.


Enfocamos la idea en la que éramos unos absolutos novatos en cuanto a técnica y decidimos que cada uno hiciese los capítulos en que actuaban unos personajes determinados. ¡Horror! Más ego. Pues lo que hicimos fue identificar nuestras regias personas con nuestros personajes. ¡Imaginad!: no sacamos las espadas laser para defenderlos pues no las teníamos. Así que a pesar de haber definido los personajes de cierta forma al principio, luego fueron tomando cuerpo tal como el escritor encargado lo entendía y lo vivía, o bien, y eso es seguramente la única verdad irrefutable, el personaje, como siempre, cobró vida propia y decidió ser. En fin, el resultado es bueno, aunque Óscar es más crítico que yo, alega que es diferente, con capítulos demasiados contrastados en estilo, etc. Él, es cierto, es el riguroso, el más técnico de los dos. Yo defiendo la libertad absoluta, tal como lo sienta el artista, luego llega o no llega, lo consigue o no, pero las reglas para mí no existen, es otra forma de concebir el arte, y para eso no entiendo las reglas: todo está bien, luego te gusta o no. Ahí estamos.


Puedo confesar, y reconocer, que nos dejó la experiencia tan traumatizados que Óscar y yo no hemos vuelto a escribir juntos. No obstante, aprovechando la futura llegada a este mundo de un ser muy especial para los dos, que se llamará LEIRE, hemos fraguado la idea de una novela de futuro de la que ya tenemos un principio de esbozo del argumento, así como un cuento dedicado a la pequeña LEIRE y a otros niños que están viniendo a este mundo, y pensando en ellos crearemos un cuento del que por ahora sólo esta plantada la idea-semilla de la libertad, de que los niños que lleguen vuelen con las alas bien extendidas sin que permitan que sus mayores les recortemos lo más valioso: la libertad de ser. Pero esa es otra historia que esperará a que llegue nuestra querida LEIRE.


Bueno, hasta aquí la pequeña aclaración de cómo se hizo a cuatro manos “El linaje de los sueños”.


Alicia

UN POCO DE AUTOBOMBO


- ¿Pero tú has visto esto, Mini?
- ¿Eh? ¿Uh? ¿El qué? Es que estaba intentando atrapar una mosca que…
- Deja la mosca en paz y mira esto.
- ¿Qué pasa, Betty? ¿Otra vez metiéndote en los correos de Óscar y Alicia? El día que te pillen…
- El día que me pillen a los humanos les habrán salido bigotes y tendrán uñas retráctiles. El caso es que parece que al humano macho eso de escribir no se le acaba de dar mal del todo.
- ¿Y eso?
- Mira el correo. Dos de sus escritos han tenido, por lo que parece, algún tipo de reconocimiento. Uno de ellos, Los hombres de Schrödinger, ha obtenido una mención especial del jurado en el I Concurso de Relato Breve Fantástico de la Asociación Cultural Forjadores de Amorebieta.
- ¿Los hombres de Schrödinger? ¿No era aquel en que el protagonista era un gato que se quedaba encerrado en una caja y…?
- Sí, ese. Claro, tenía que usar uno de nuestros congéneres para que el relato tuviera algo de interés, que si no…
- ¿Y el otro premio?
- El otro es un accésit y mención especial del I Premio de Novela Corta de la revista literaria Katharsis.
- ¿Una novela corta? ¿Corta como los humanos?
- No, corta porque no es muy larga y… ¡Bueno, qué más da! La novelita se llama El guardián del puente del arco iris.
- Esta no sé cuál es. ¿Sale algún gato?
- No, en esta no. Es de ciencia-ficción, sobre una nave que se pierde en el espacio y se queda sin combustible y no puede avanzar ni volver a la Tierra y…
- ¿Así que El guardián del puente del arco iris, eh? ¿Y dices que es de ciencia-ficción?
- Si, como aquel relato en que también obtuvo una mención especial del jurado del Premio Libro Andrómeda 2008, y que le van a publicar a principios del año que viene. ¿Cómo se llamaba…?
- Hijo de dos mundos.
- Ah, eso. Hijo de dos mundos.
- Mira que les pone títulos chorra a sus relatos. ¡Qué falta de imaginación! ¡Qué poco se estruja la sesera!
- Sí, sí. Todo lo que quieras, pero en seis meses… ¡toma! Tres relatos con premio. A ver si al fin va a resultar que no escribe mal del todo.
- Oye, Betty, ¿y si colgáramos esos relatos en el blog?
- No sé, no sé. Antes tendríamos que mirar eso de los derechos de autor y todas esas bobadas que se les ocurren a los humanos. Tendré que consultar las bases de esos concursos.
- Vale. Oye, ¿y él ya se ha enterado?
- Pues… creo que aún no, con lo cual se me ocurre una idea estupenda. Voy a borrar esos correos, y así no se enterará. Ja, ja, ja.
- Mira que eres mala.
- Mala no, Mini. Sólo traviesa. A ver, eliminar… papelera de reciclaje… vaciar papelera… click. Ala, a sufrir y a desesperarse.
- Pero al menos pon aquí los enlaces. A lo mejor a algún otro humano le interesa la noticia.
- Vaaaaaaaleeeeeeeeeeeee...

viernes, 5 de junio de 2009

EL NOTICIÓN, por Dioni




Soy de nuevo el súper gato Dioni. Por si aún no os habíais dado cuenta, la informática no tiene barreras para mí, y ya tengo lo que necesito para controlar a esta panda de humanos estúpidos y a sus dos gatas (pijas a matar por muy literatas que sean).



Me decido a intervenir y poner de relieve su silencio cobarde, y denunciar el intento de censura ejercido hacía mi propósito de esclarecer los conflictos surgidos entre ellos a raíz del proceso de elaboración de ese conjunto ilógico y absurdo de páginas emborronadas al que ellos llaman, no sé bajo qué pretensiones, novela. Lo cual confirma el peor de los pronósticos: hubo marro de los gordos, hechos escabrosos, etc.; eso es algo que seguro será tema de conversación de los mejores programas de tele basura cuando se conviertan en súper famosos, algo que si el destino no lo evita parecen empecinados en conseguir, así que los vigilo de cerca por si me reporta algún beneficio.


Pero el caso es que quiero daros el notición de su blog, adelantarme a tanta ineptitud y demostrarles que con el Dioni no se puede, que han hecho muy, pero que muy mal en prescindir de mis servicios: ¡anuncio que el próximo día 15 de junio se colgará en su blog las primeras páginas de “El linaje de los sueños”! Novela que es la primera de la lista de los más vendidos en los siguientes países: Imaginaciónalicia, Deseososcar, Pretensionesdedosescritores, Sueñosutópicos, Flipadasvarias entre otros.


Fdo.: Dioni, gato radiofónico y hacker sin parangón.

jueves, 21 de mayo de 2009

SALVARSE DE LA QUEMA


Leo en la edición digital del diario gratuito ADN que el escritor croata Pero Kvesic ha vendido más de mil libros después de amenazar con quemar frente a una librería del centro de la capital Zagreb todos los libros pendientes de venta de su antología de cuentos La introducción a P. Kvesic. El autor, previamente, había anunciado la quema de ejemplares un mes antes de que se produjese; el día anunciado casi no le quedaba libro alguno que quemar: más de mil libros vendidos en un mes. Casi nada.

Me viene a la memoria el gran clásico de Ray Bradbury Fahrenheit 451, llevada al cine en 1966 por el director francés François Truffaut. En dicha novela, el protagonista, Guy Montag, es miembro de un cuerpo de bomberos especializado en quemar libros (451 grados en la escala Fahrenheit es la temperatura a la que arde el papel), puesto que el gobierno de esa sociedad urdida por Bradbury, totalitaria y paternalista, cree que la lectura es perniciosa para el ser humano. Montag, tras abrir los ojos ante la tropelía cometida por el gobierno hacia los libros y la cultura, acaba escapando y refugiándose en los bosques junto a otros desertores cuya misión es memorizar por entero un libro y convertirse en una auténtica biblioteca viviente, nómada y orgánica, destinada a perpetuar en la clandestinidad la literatura que continua ardiendo en su formato físico. Se trata de un grupo formado por miles de personas, personas-libro que medran entre el follaje y las sombras mientras recitan en voz alta fragmentos del libro que han decidido encarnar.

Publicado por primera vez en 1953, Bradbury (autor de otras novelas decisivas e imprescindibles como Crónicas marcianas, El hombre ilustrado o El país de octubre) usó la novela para criticar tanto la censura de libros en Estados Unidos , como resultado del machartysmo inquisitorial de postguerra fruto del delirio anticomunista del senador Joseph McCarthy , como la quema de libros en la Alemania nazi en 1933.

Afortunadamente, la pesimista visión de Ray Bradbury no se ha hecho realidad (¿aún?), y hoy, al menos en Croacia, la quema de libros parece que sirve para aumentar las ventas (aunque espero que no se convierta en una costumbre socorrida; para eso están las máquinas destructoras de papel). Pero eso no quita mérito a la sociedad de hombres-libro creada por Bradbury. En todo caso, yo me apunto a lo que dijo en su día Jorge Luís Borges:

“Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros;
hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua;en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros”.

martes, 12 de mayo de 2009

JOHN IRVING: HASTA QUE TE ENCUENTRE


Hasta que te encuentre es la última novela del gran John Irving, el autor de obras tan capitales en la literatura de los últimos decenios como El mundo según Garp, Oración por Owen, Doble pareja o Una mujer difícil. Se trata de una novela de más de mil páginas que narra las vivencias de Jack Burns, un célebre actor de Hollywood que a los cuatro años emprende, acompañando a su madre Alice, lo que parece una peregrinación condenada al fracaso en busca de su desaparecido padre a lo largo de varios puertos de Europa del Norte. Concluida la búsqueda sin resultado positivo aparente, Jack y su madre, tatuadora de profesión, se instalan en Toronto, donde será matriculado en un colegio femenino en el que despertará a las relaciones con las mujeres, al sexo y a su incipiente formación como actor de la mano, principalmente, de Emma Oastler, una adolescente airada y segura de sí misma que lo acoge como mascota, amigo y fetiche.

Buena parte de la trama de la novela recae en las relaciones de Jack con las mujeres: con su distante madre y su amante, la madre de Emma; con sus profesoras del colegio Saint Hilda; con la señora Machado, una mujerona que le hace de canguro y a los nueve años le inicia en las relaciones sexuales; con Michelle Maher, su truncado amor juvenil; con la doctora García, su psiquiatra… Pero sobre todo con Emma Oastler (uno de esos personajes secundarios de Irving totalmente impagables), la única persona a la que, hasta su muerte, es capaz de llamar amiga.

En buena parte autobiográfico, Irving vuelca en Hasta que te encuentre todas las obsesiones presentes en el resto de su obra literaria: la infancia, el sexo desenfocado, la vida del escritor, el amor por las capitales europeas, la lucha libre, el despertar traumático al mundo de los adultos… Pero además en un grado superlativo, pues es fácil reconocer en Jack Burns al propio Irving, e imaginar al autor, de joven, rodeado de ese halo de desconexión consigo mismo y con sus propias emociones que arrastra su personaje, de la ausencia siempre presente de su padre, de la marca indeleble que en sus relaciones con las mujeres causan los abusos sexuales a los que fue sometido siendo aún un niño…

"Lo más destacado de mi niñez es que ningún adulto de mi familia quiso decirme quién era mi padre". La frase no es de Jack Burns, sino del propio Irving, que a través de los años ha exorcizado esa ausencia a través de la escritura. La infancia robada, truncada de forma abrupta por la irresponsabilidad y el egoísmo de los adultos, tema reiterativo en la bibliografía del escritor estadounidense, toma en esta novela su forma más redonda, más plena, tan agresiva y rotunda como una de esas presas de lucha libre tan queridas por Irving y tantos de sus personajes.

"Las novelas siempre tienen que ser más verosímiles que la vida real, porque la vida real no es creíble". Otra gran frase de Irving, que en Hasta que te encuentre entronca como nunca antes había hecho ficción y realidad, creación y remembranza del pasado. Creíble o no, la odisea de Jack Burns tiene un inesperado final feliz: con casi cuarenta años descubre que tiene una hermanastra, que es finalmente quien le pone en contacto con su padre, internado en una clínica mental de Suiza. A tiempo para recuperar los años perdidos, a tiempo para perdonar y perdonarse. A tiempo para iniciar una nueva vida.

lunes, 11 de mayo de 2009

LITERGATURAS. OFF THE RECORD


-¡Miniiiiiiiiiiiiiiiii!
-Ya estamos. ¿Ahora qué pasa? Betty, cada día me recuerdas más a una gata histérica.
-Lo has vuelto a hacer y ¡no, no oses preguntarme qué! Otra vez escribiendo en el blog y adelantando noticias que no debes, simulando personalidades, suplantando a no sé qué Dioni, desvelando contenidos exclusivos… ¡¿Quién bigotes te has creído que eres?!
-Betty, por mi honor de gata callejera, te aseguro que esta vez no he escrito nada. Conozco a un Dioni, un amigo de la infancia… que justamente pasaba por aquí el otro día… enséñame eso que dices del blog:

“Conforme lo planeado tenía a los dos humanos, llamados Alicia y Óscar, sentados ante mí y preparados para la entrevista que versaría sobre el anuncio de la publicación en su blog de una novela escrita a cuatro zarpas (las de ellos, claro). Me presenté, les dije que mi nombre era Dioni (no fuesen a creer que yo era un gato simple y corriente como los que ellos tienen zanganeando por su casa), y les expliqué que yo soy director y presentador de Radio Gato FM al mil por mil, que emite en directo desde mi barrio de toda la vida, el Barrio Arrabalero. Les saqué el titulo de la novela nada más empezar, “El linaje de los sueños”. Hummm, bueno, no me decía nada el titulito, cosas de humanos; pregunté más datos, de qué iba a ir el rollo y cosas así, pero no los oí, les corté inmediatamente y fui por la directa a lo que interesa a mis oyentes y a los lectores del blog: el rollo escatológico, morbo, peleas, sangre, difamaciones, y todo eso.
- Así, ¿fue placentero escribir juntos?
- Bueno, hubo sus más y sus menos, pero…- dijo el hombre.
- Pero fue una experiencia interesante, constructiva y provechosa – interrumpió la mujer-. El argumento versa sobre…
- A ver, a ver, vamos al rollito –dije yo pues aquellos dos se me iban por las ramas-, dejemos el argumento para luego, ahora el “historia borde” ese, osease, cómo se hizo la novela, los intríngulis y esos quehaceres de los dos. ¿Hubo peleas, sangre, arañazos?
- ¡Dioni, pero quién te crees que somos! – dijo uno y corroboró el otro.
Yo, pensativo, dije resumiendo:
- ¿Dos humanos simples y lirondos?
- En fin, te puedo decir que tuvimos sus más y sus menos – dijo la mujer-, pero no llegó la sangre al río…
Así toda la entrevista, sin sacar agua clara ni na de na, vaya fiasco de entrevista. Vamos, que después de todo el trabajo que me dio sacarle la clave del blog a la Mini rociándola con Valeriana, y ahora estos no sueltan prenda sobre sus peleas, y sólo quieren hablar de su argumento y chorradas por el estilo de la novela esa “El linaje de los sueños”. He oído que hay un incendio bestia, bestia, eso igual mola. Hablan del mundo de la tele, de programas basura, de conflictos de emigrantes y una investigación policial. Hay marro a varias bandas y un escritor en ciernes que va pululando por toda la novela. Pero sangre, sangre, no sé, igual tendré que seguirla y radiarla… hummm, no sé, no sé.

- Bien. ¿Qué tienes qué decir, Mini?
- Yo no he hecho nada, Betty, ya ves, el Dioni lo dice, me metió la valeriana y ya sabes lo que es eso, vence mi voluntad y la tuya, nos convertimos en piltrafillas…
- ¿El Dioni? Basura del arroyo, gatos arrabaleros, mindundis, deshechos, quinquis y maleantes gatunos. ¡Bahhh, gentuza!
- Oye, oye, que aunque el Dioni sea un poco mangui, es mi amigo de toda la vida.
- ¡Vaya amigo, mira que soltarle la clave secreta para que se meta en nuestro blog! ¡No corras, ven aquí! ¡Quieta, Mini, miniatura!
- ¡A corrrrrreeeeeeeeeeerrrrrrrrrrrrrr, que ataca el diablo de Tasmania. Hasta lueguiiiiitooooooooooo!

miércoles, 6 de mayo de 2009

LA TRILOGÍA MILLENNIUM: SUPERWOMAN Y EL EQUIPO IKEA


No he podido resistirme a dejar un comentario en relación a las dos novelas publicadas hasta ahora por Stieg Larsson. Mi resumen sería: ¡no puedo entender su éxito! O tal vez: ¿Envidia cochina? He de reconocer que la primera novela, Los hombres que no amaban a las mujeres, me resultó entretenida, aunque hubiera prescindido de más de una página, de más de un minucioso detalle en el que se relataba lo que comían, fumaban, etc., y bla, bla, bla sus protagonistas, pero me distrajo y me mantuvo en la tensión de la trama. Pero a partir de esta primera novela no entiendo este fenómeno, y ya sé que voy a contracorriente.

Me explico. Es cierto que son dos obras muy entretenidas para el resto del mundo con los que he hablado y la han leído, claro; hay suspense y una de ellas me ha nombrado el morbo. Bueno. Yo podría desmenuzar los anzuelos que se van soltando en ambas novelas para mantenerte atrapado y que son tan hábiles como para que sigas leyendo, pero en la segunda novela (La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina) me hacen olvidar la trama para reparar en la estrategia del escritor. ¡Mal, mal, me he salido de la trama! ¿Aburrimiento? Pues en la segunda novela, sí.

Puedo asegurar que el segundo libro lo acabé (me salté un montón de párrafos y páginas) para ver qué historia o de qué trama trataba, cómo lo resolvía, etc., resultando una decepción, un argumento simplista, increíble, en el que se cargaba a su mejor personaje: Lisbeth Salander, que es su gran hallazgo, su creación más brillante, dotada de esa magia que envuelve la buena literatura, un personaje que echa al traste (para mí) en la segunda novela, y todo para pasar a convertirla en una mujer con superpoderes, sin encanto, prodigiosa, inverosímil, a la que se da un poco de humanidad al final llevándola al borde de la muerte y finalizando en brazos del otro protagonista, el periodista Mikael Blomkvist, su abortado amor de la primera entrega de la trilogía.

Me asalta también la duda de si Ikea ha subvencionado la publicación de esta segunda novela, pues es alucinante la descripción de sus modelos de muebles. Lo mismo se puede decir de otros productos que me niego a relacionar. ¿Se trata de publicidad subliminal o es otra novedosa forma de relatar? Son dudas y preguntas que me hago, pues ambas novelas pecan de un exceso de detalle carente de sentido y que no aportan absolutamente nada a la trama, a no ser tedio y pesadez. Ya digo bastante con que de la segunda novela me he saltado páginas pues me parecía infumable y sólo quería saber cómo resolvía el final, que luego, para mí y dicho desde el respeto, me ha resultado un fiasco, forzado y pueril. En fin, no entiendo este éxito, a no ser por la intriga que va sembrando y porque la gente quiere libros gordos que la mantengan en tensión muchos días. Concluyendo, salvaría de la quema la primera novela, aunque tal vez quitaría varias páginas. De la segunda, me ha parecido que ha intentado emular la primera, forzar una continuación, idear una nueva y original trama, y no lo consigue: me aburre de solemnidad. Destaco, y eso sí lo consigue, las escenas de violencia, son muy logradas, pero peca de exceso y en este segundo libro abundan los golpes, y al final parece que la novela transcurra entre porrazos, y a mí personalmente el boxeo no me gusta, así que me sobra violencia.

En fin, ahí va, todo dicho sin ánimo de ofender a los defensores de Larsson, que igual lo que me pasa es que soy una envidiosa de tomo y lomo.

lunes, 27 de abril de 2009

LITERGATURAS. CÓMO FILTRAR UNA NOTICIA


- ¡¡Miniiiiiiiiii!!
- ¡Qué gritos, Betty! Ni que hubieras visto a un maldito roedor.
- No estoy para chorradas. ¿Se puede saber quién ha firmado esta nota en mi nombre y la ha publicado en nuestro blog?
- ¡Ah! ¿Tenemos un “nuestro blog”?
- Claro, el de Óscar, Alicia y nosotras dos, el de los cuatro. ¿Entiendes? Lista, que eres una lista, dos más dos son cuatro. Pero no despistes y contesta a mi pregunta sobre la nota.
- Enseña, a ver la nota


“… es secreto, secretísimo, noticia mundial: próximamente Óscar y Alicia tienen la intención de ir publicando en este blog una de las novelas que tienen escritas, pero que nadie se entere pues si no me cuelgan de los bigotes por anunciarlo…”


- Betty, te pones hecha un demonio de Tasmania por chorradas.
- ¡¿CHORRADAS?! Tú no sabes en el lío que te has metido. Has cometido varios delitos como falsificación de firma, divulgación de secretos, violación de correspondencia, usurpación de personalidad…
- ¡Bah!, estulticias, macanadas.
- Ya te lo dirán mis abogados, inmunda miniatura gatuna.
- A esos me los camelo yo con cuatro maullidos bien hechos y endulzados con una caída de ojos.
- ¡Ja! Mis abogados, esos que ya conoces y que son amigos de ellos, no es que sean grandes amigos de los gatos.
- Eso es contigo, que eres una estirada y siempre llevas puestos esos aires de señorita Escarlata en “Lo que el viento se llevó”, pero conmigo es diferente, recuerda lo que dicen siempre de mí: “en un encanto de gata, tan cariñosa, tan dulce… y bla, bla, bla”
- ¡Eres insoportable, engreída, cotilla y una traviesa toca webs!
- No dices lo mismo cuando me envías por delante como el capitán araña para que les dé la lata a ellos y nos pongan latitas guays, o para que nos dejen salir a la calle o simplemente, para tocarles las narices.
- Me voy, no te aguanto, gata tonta.
- Vale, ahora que se ha ido, yo seguiré a lo mío. A ver… voy a redactar otra nota para el blog:


“Confirmada la noticia, stop, estos dos están preparando la difusión mundial, mejor, internacional mundial e interplanetaria, de un libro escrito a dos manos por ellos. Y otro secreto: casi mueren en el intento de escribirla juntos, otro día explico cómo fue, ahora me tengo que ir, pero permaneced atentos al blog. Cuando sepa más os lo chivo.”

miércoles, 22 de abril de 2009

SANT JORDI, DÍA DEL LIBRO EN CATALUNYA


El 23 de abril, Sant Jordi, es una de las festividades nacionales de Catalunya. Sant Jordi, o San Jorge, es el día en que se conmemora la muerte de Jorge de Capadocia el 23 de abril del año 303 D.C. Dicho santo es también considerado patrón de diversas naciones y territorios como Inglaterra, la república exsoviética de Georgia, Etiopía, Bulgaria y Portugal. En España es patrón de las comunidades autónomas de Aragón y Cataluña.

Vale. ¿Y…? Pues que para todos aquellos que no lo sepan, en Catalunya Sant Jordi es también el Día del Libro desde el año 1930 (coincidiendo a su vez con el Día de los Enamorados o de la rosa). La fiesta se instauró en Catalunya al confundirse con la festividad de la Diada (11 de septiembre), mientras que casi desapareció poco a poco en el resto del Estado, donde dejó de celebrarse en muchos lugares o bien se ha mantenido de manera residual. Y desde el año 1996, el 23 de abril es también el Día Mundial del Libro y de los Derechos de Autor, proclamado por la UNESCO.

¿Y en qué consiste dicha celebración concretamente? Pues básicamente en que librerías y editoriales toman la calle mediante casetas, stands y tenderetes de variopinta dimensión y diseño, que esa misma calle se llena (literalmente) de millones de personas que se dedican a remover estantes y cajones para encontrar el libro que desean para sí o para familiares y allegados, y (cada vez más) en que una legión de escritores de todo género y condición se aprestan a eso que ahora llaman “contacto con los lectores” mediante la firma compulsiva de ejemplares de libros editados (fíjate qué casualidad) una semana antes. Como si fueran tótems paganos o pasos de una procesión, escritores y afines (cada vez abundan más los llamados “autores mediáticos”) son paseados por editoriales y distribuidoras para hacer ver al común de los mortales que las personas cuyos textos leen con avidez y fruición son tan humanos, tan de carne y hueso, que son capaces de dislocarse una muñeca tras haber firmado diez mil ejemplares en un solo día.

¿Previsiones para este año en cuanto a qué libros se llevarán la palma en cuanto a ventas? Pues nada, triunfo cantado de Stieg Larsson y su trilogía Millennium, quinielas en las que figuran Alejandro Cercas (Anatomía de un instante, sobre el golpe de estado del 23-F), Stephenie Meyer y su saga del Crepúsculo, José Agustín Goytisolo y su Poesía completa, y seguramente unas cuantas migajas para Juan Marsé (flamante Premio Cervantes), Haruki Murakami, Boris Izaguirre, Salman Rushdie, David Trueba e Ignacio Martínez de Pisón, entre otros. Todo en medio de una crisis que afecta de pleno al sector editorial si exceptuamos las reediciones de bolsillo y la literatura infantil y juvenil.

martes, 21 de abril de 2009

JUAN MARSÉ: CANCIONES DE AMOR EN LOLITA'S CLUB


Este jueves Juan Marsé será galardonado con el Premio Cervantes, un premio que siempre ha rondado aunque su independencia haya hecho que se le haya negado durante muchos años. El hombre del que Vázquez Montalbán dijo que era "el mejor poeta de la posguerra sin haber escrito un solo verso", el escritor que cree que su única obligación moral radica en el uso de la palabra, verá coronada una exitosa carrera literaria, en el que destacan títulos como Últimas tardes con Teresa, La muchacha de las bragas de oro o El amante bilingüe, recibiendo de reales manos el galardón más prestigioso de la cultura escrita española. Esta ocasión es una inmejorable excusa para volver a hablar (más bien escribir) sobre su última novela publicada hasta la fecha, Canciones de amor en Lolita's Club.

Raúl y Valentín son dos hermanos gemelos. Físicamente son atractivos, casi iguales de tan parecidos, pero en realidad son muy distintos, pues hay grandes diferencias entre ambos. Demasiado opuestos para que sean individuos independientes, cada uno podría ser la otra cara del otro, con los dos se podría haber formado a un ser humano completo: ambos poseen todos los ingredientes pero llevados al polo opuesto, al extremo. A uno se le ama y el otro… produce rechazo en cuanto se le ve. Valentín es un ser tierno, inocente, cariñoso, a quien todo el mundo quiere. Parece que todos los personajes están de acuerdo en amarlo y en protegerlo, como si ese fuese el sentimiento ineludible hacia él. Es en realidad como un niño necesitado de protección. Nació con una deficiencia psíquica, y aunque intenta llevar una vida relativamente independiente, su mente no le permite incorporarse al mundo de forma normal. A pesar de todo, su padre le deja hacer, vivir y trabajar en una libertad controlada, sabiendo siempre donde está.

Por su parte, Raúl es un policía que siempre se sitúa al borde del abismo, en su trabajo y en su vida personal. A pesar de que él no sufre de ninguna anormalidad semejante a la de su hermano, tampoco vive una vida normal. Todo en él es extremo, parece incapaz de sentir las emociones corrientes, de amar como todo el mundo. Es violento, borracho, duro y cruel. Sólo lo que siente por su hermano lo redime ante la especie humana. No obstante, y dado su extremismo enfermizo, el amor por su hermano es obsesivo, visceral, y anegado de culpabilidad: la culpa de sentir que él es el normal, que él pudo tener la culpa de causarle el daño irreparable cuando aún no habían nacido, teme que pudo robarle esa normalidad a su hermano en el vientre materno, cuando ambos estaban aún formándose.

La vida de los dos hermanos se precipita. Raúl regresa al hogar paterno, a Barcelona, en una casa en la playa. Tiene que dejar temporalmente su destino como policía en el norte de España debido a sus problemas en el trabajo: su futuro pende de un hilo. Allí descubre que su hermano trabaja en un burdel, se ha enamorado de una prostituta y cuida del resto de las meretrices de aquel local de alterne cerca de la playa, el Lolitas’s Club. Valentín hace de cocinero, de chico de los recados, lee poesía, hace de todo y todos le quieren.
Eso sucede bajo el beneplácito del padre y de su actual esposa, antigua amante del policía.
Valentín iniciará una encarnizada lucha por lo que cree que es salvar a su hermano, rescatándolo de las redes de la prostituta, que a buen seguro, piensa, intenta aprovecharse de su hermano. Es incapaz de entender el amor que Valentín siente por ella, y también se niega a creer en el que ella dice tener por aquel ser deficiente que es su hermano. Raúl piensa, así se lo dirá, que aquello no es más que una burda mentira que sólo se justifica por el interés económico de ella. No comprende ni acepta la permisividad del padre que permite que su hijo trabaje en aquel prostíbulo, con aquellas prostitutas con las que convive con absoluta normalidad, atendiéndolas con la entrega de una madre. No entiende que su hermano es feliz así, ni tampoco que aquella prostituta pueda amar a su hermano.

Por primera vez, Raúl conocerá a través de su hermano lo que es el amor, la pureza de los sentimientos de aquel niño que es Valentín, aunque hará lo único que no podía hacer, lo único que su hermano le pide que no haga: enamorarse de la misma mujer, del mismo amor. El destino de los dos hermanos se enredará fatalmente y Raúl no podrá evitar que sus errores pasen cuentas a su otro yo, a su hermano.

lunes, 20 de abril de 2009

STIEG LARSSON: LA TRILOGÍA MILLENNIUM


¡Ah, los libros de moda! Uno siente (al menos yo) cierta aprensión al acercarse a ellos, por diferentes motivos. Uno: la alta probabilidad de decepcionarse con un libro, autor o saga que la mitad de la Humanidad se empeña en calificar como increíble, inexcusable, de obligada referencia, etc. Dos: el temor de, una vez leído y asimilado, la opinión propia no comulgue con la corriente principal y uno se sienta que no está en la onda, o bien que su parecer y opinión no responde a los parámetros de lo políticamente (¿literariamente?) correcto. Veamos,… Stieg Larsson. Escritor novel, periodista, sueco, fallecido justo antes de ver publicada su primera obra, Los hombres que no amaban a las mujeres… Un perfil original, poco común, y un runrún de rumores que hablan de un fenómeno masivo de ventas, traducciones a doscientos mil idiomas, rodaje de una película (o dos, o tres). ¡Uf!

Bien: Planteamiento de la primera entrega, Los hombres que no amaban a las mujeres: después de una condena judicial por libelo, el prestigioso periodista Mikael Blomkvist recibe el extraño encargo de investigar la desaparición o posible muerte de la sobrina de Henrik Vanger, un anciano potentado sueco, acaecida cuarenta años atrás; para dicho cometido, Blomkvist contará con la inesperada y en apariencia dudosa ayuda de Lisbeth Salander, una sociópata experta en investigaciones informáticas secretas incapaz de relacionarse de una manera mínimamente congruente con el resto de la raza humana. Ni que decir tiene que ambos improbables colaboradores acaban descubriendo la verdad escondida tras la desaparición de la sobrina de Vanger, a la vez que destapan y ponen en solfa una cadena de asesinatos cruentos realizados sobre mujeres, y finalmente consiguen rehabilitar, con la ayuda de Vanger, el buen nombre periodístico de Blomkvist.

En cuanto a la segunda de las novelas que componen la trilogía, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, volvemos a encontrar a nuestros dos particulares investigadores. En este caso, Lisbeth Salander es el centro de la trama, viéndose involucrada en una compleja investigación criminal por varios asesinatos (su administrador y dos periodistas que trabajan, vaya por Dios, en Millennium, la revista de Blomkvist) de los que resulta principal sospechosa. Una sórdida historia de tráfico ilegal de mujeres y prostitución, en cuya investigación trabajaban los periodistas asesinados, es el misterioso telón de fondo del argumento, en el cual irrumpe Mikael Blomkvist para ayudar a su antigua colaboradora y vengar la muerte de sus compañeros de profesión en una búsqueda en la que confluyen diferentes intereses y que termina por descubrir el más remoto y negro pasado de Lisbeth Salander. Más de 1.200 páginas en total, a la espera de la publicación del tercer volumen de la trilogía, La reina en el Palacio de las Corrientes de aire. Más de 10 millones de ejemplares vendidos, y una incipiente larssonmanía que arrasa Europa y amenaza con convertir al desaparecido periodista y escritor sueco en un mito moderno.

No obstante, debo decir que esta trilogía tiene sus claroscuros, sus luces y sus sombras. Es cierto que el ritmo es trepidante, y que ambas novelas son sumamente entretenidas. Es verdad también que gozan las dos de la frescura y la novedad de presentar tramas que transcurren en una Suecia moderna prácticamente desconocida por estas latitudes. Es asimismo innegable que el personaje de Mikael Blomkvist es coherente, compacto, a buen seguro basado en las propias vivencias de Larsson como periodista e investigador. Y por supuesto nadie puede negar que Lisbeth Salander es todo un descubrimiento y un acierto descomunal, un personaje llamado a figurar en la galería de grandes inspiraciones de la literatura moderna, una antihéroe modélica, una outsider que vive fuera del sistema, tan discapacitada socialmente como brillante en sus labores de investigadora al margen de ese sistema del que tanto reniega. Cuentan también ambas novelas con una eficaz galería de secundarios, como Henrik Vagner, Erika Berger (socia y amante de Blomkvist), Dragan Armanskij (coyuntural superior de Salander), el inspector Jan Bublanski…

Pero… Sí, hay peros. Cierto detallismo a mi juicio innecesario (¿en serio hace falta especificar si cada compra de los protagonistas se realiza al contado o con tarjeta de crédito?), un desarrollo desigual en cuanto a ritmo y resolución (en La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina en realidad no ocurre nada de nada hasta pasadas las 250 páginas y luego su final es tan abrupto y silente como un anochecer boreal), un derroche de “casualidades” en una ciudad con una población de más de un millón de personas…

Sin embargo, esto no serían más que notas al pie, fruslerías sin verdadero peso e importancia si no fuera porque, en mi opinión, las dos obras adolecen de algo que muchas veces se olvida en literatura: magia. Y la magia no es más que la capacidad de hacer soñar y trascender, de evocar un nuevo mundo con una simple palabra, de provocar sentimientos y emociones con un conjunto de adjetivos y metáforas, de perdernos en un universo hecho de sintagmas y oraciones que viven y mutan y crecen y adquieren vida propia, y te arrastran hacia su interior, y no te dejan volver a tu gris, triste y monótona realidad. Y de esa magia, de esa cualidad feérica y maravillosa, carece esta trilogía (o al menos sus dos primeras entregas), mal que le pese al recién estrenado ejército de rendidos larssonianos que por todos los rincones de Europa forman sus pelotones y brigadas.

¿Qué tenemos, pues, en esta trilogía Millennium? ¿Un Ruiz Zafón escandinavo más prosaico y funcional? ¿Una literatura Ikea, lista para ser consumida en grandes cantidades, fabricada como en un molde del que podrían surgir incontables productos similares? Bueno, tiempo al tiempo. En todo caso, repito: obras entretenidas, con buen ritmo, interesantes, apropiadas para distraerse y abstraerse en ellas de la dura vida cotidiana. Pero no mucho más (ni menos tampoco).