jueves, 10 de diciembre de 2009

HARUKI MURAKAMI: SPUTNIK, MI AMOR


De nuevo esa soledad que me da que persigue al autor más de lo que quisiera. Lo que es cierto es que Haruki Murakami no puede evitar que sus fantasmas, tal vez sus demonios, se plasmen en su literatura. Así, tenemos de nuevo, además de doña soledad, la música, la amistad, los amores adolescentes, los gatos, el otro lado del espejo…

El narrador de esta novela del escritor japonés es un joven profesor de primaria, que a su vez es uno de los tres personajes principales de “Sputnik, mi amor”. Él nos relata la historia de Sumire, de la que está enamorado desde que se hicieron amigos en la universidad, a pesar de que entre ellos sólo hay una gran amistad. Sumire le confesará que no conoce el deseo sexual, aunque eso cambia cuando entra en escena la otra protagonista: Myû. Ésta es una mujer que conoce Sumire en una boda, es mayor que ella y está casada, pero todo esto no es ningún inconveniente para que loca de amor por ella descubra que es capaz de sentir deseo sexual por alguien. Pero en la vida de Myû ha acontecido un hecho, 14 años atrás, que mantiene en secreto y que a su vez le hace carecer de todo deseo sexual. Un suceso extraño hará que el profesor conozca a Myû y descubramos a través de este narrador sus secretos, y a través de ellos se nos desvelen los de todos los personajes.

La historia de los tres personajes se asemeja al viaje del satélite ruso Sputnik mientras daba interminable vueltas a la Tierra y su único tripulante, la perra Laika, observaba el planeta del cual había partido para nunca volver. ¿Qué pudo haber sentido Laika? ¿Se sintió infinitamente sola en su breve viaje por el cosmos? ¿Se maravilló al ser el primer ser vivo que veía la Tierra desde el espacio?

No siendo para mi gusto personal una de sus mejores novelas, puedo recomendarla con toda confianza de que gustará al lector. El personaje de Sumire me ha resultado un poco inconsistente, a veces, como si le faltase profundizar más o cambiar su forma de expresarse en alguna ocasión, la siento como inacabada. No obstante, el mismo personaje es así, inacabado. Me gusta el juego que Murakami da a esa parte más delirante de la historia, surrealista y oscura, que traslada al lector a otra realidad, a otras posibilidades.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

MURIEL BARBERY: LA ELEGANCIA DEL ERIZO


En Francia se ha convertido en todo un fenómeno editorial, y aquí en España anda ya por la decimoséptima edición. Lejos de la corriente principal imperante en el proceloso mundo de los best sellers, La elegancia del erizo es una novela cándida, sencilla, encantadora, intimista. Un soplo de aire fresco desnudo de misterioso filomísticos, hackers antisociales, intrigas vaticanas y demás argumentos habituales de la literatura de éxito de hoy en día. Al contrario, La elegancia del erizo habla de soledad, de ocultamiento, de desarraigo social y existencial. De cómo algunas personas, para pasar desapercibidas, logran crear una máscara de insulsez y aparente vulgaridad bajo la que se oculta una personalidad y una inteligencia muy por encima del resto de personajes que les rodean. Crítica ácida a la burguesía y el progresismo oficial de la Francia contemporánea, la novela de Muriel Barbery cabalga a lomos del arte, la amistad y, finalmente, de un inesperado amor que aparece en el otoño de una vida fraguada en el anonimato.

Renée, la madura portera de un noble edificio parisino, vive una doble existencia. Palurda y estúpida para sus pudientes y engreídos vecinos, en el interior de su casa y de su mente recrea una fértil inteligencia ávida y vibrante cuyos únicos límites son los que ella misma se impone para pasar desapercibida. En uno de los enormes pisos de la finca, Paloma, una niña de doce años intelectualmente superdotada, vive una vida cansina y aburrida rodeada por una familia que nada en la estulticia y las falsas apariencias. Para ambas, todo cambiará de golpe cuando un misterioso nuevo vecino, de origen japonés, llegue al inmueble y se instale en él para desenmascarar, en unas pocas páginas, las dos dobles vidas de ambas protagonistas.

Una novela sobre pequeñas revelaciones, sobre el análisis del comportamiento de gatos y perros, sobre la extrañeza y la diferencia, sobre la lucha contra los patrones sociales y conductuales, pero sobre todo, una novela sobre la belleza de la mente, la cultura, y el amor hacia el arte y el ingenio humano. La elegancia del erizo: un tratado sobre la filosofía de lo bello y lo amablemente pequeño. Un tesoro por descubrir.