jueves, 11 de junio de 2009

NOVELA A CUATRO MANOS


Bien, saliendo al paso de maledicencias sembradas por cierto gato barriobajero llamado Dioni, que estaba buscando marro, y que se ha entrometido en nuestras disquisiciones literarias buscando trivialidades y carnaza barata, paso a puntualizar alguna cuestión oscura que pudiera parecer que evitamos. Por eso acometo la labor de clarificar el hecho de que hayamos sido capaces de escribir una novela a cuatro manos. Puedo decir que la labor fue una labor ardua, no exenta de momentos delicados, pues como ha dicho un buen amigo del blog: ya es suficientemente difícil hacer la lista de la compra entre dos.


Sí, hubo discusiones, enfados, morros, morritos y morrazos. Pero cuando lo miro en la distancia creo que fue una lección para poner a prueba nuestras capacidades más diversas, y una oportunidad de aprender a superar complejidades personales, egos inamovibles, inflexibilidades, etc.


Enfocamos la idea en la que éramos unos absolutos novatos en cuanto a técnica y decidimos que cada uno hiciese los capítulos en que actuaban unos personajes determinados. ¡Horror! Más ego. Pues lo que hicimos fue identificar nuestras regias personas con nuestros personajes. ¡Imaginad!: no sacamos las espadas laser para defenderlos pues no las teníamos. Así que a pesar de haber definido los personajes de cierta forma al principio, luego fueron tomando cuerpo tal como el escritor encargado lo entendía y lo vivía, o bien, y eso es seguramente la única verdad irrefutable, el personaje, como siempre, cobró vida propia y decidió ser. En fin, el resultado es bueno, aunque Óscar es más crítico que yo, alega que es diferente, con capítulos demasiados contrastados en estilo, etc. Él, es cierto, es el riguroso, el más técnico de los dos. Yo defiendo la libertad absoluta, tal como lo sienta el artista, luego llega o no llega, lo consigue o no, pero las reglas para mí no existen, es otra forma de concebir el arte, y para eso no entiendo las reglas: todo está bien, luego te gusta o no. Ahí estamos.


Puedo confesar, y reconocer, que nos dejó la experiencia tan traumatizados que Óscar y yo no hemos vuelto a escribir juntos. No obstante, aprovechando la futura llegada a este mundo de un ser muy especial para los dos, que se llamará LEIRE, hemos fraguado la idea de una novela de futuro de la que ya tenemos un principio de esbozo del argumento, así como un cuento dedicado a la pequeña LEIRE y a otros niños que están viniendo a este mundo, y pensando en ellos crearemos un cuento del que por ahora sólo esta plantada la idea-semilla de la libertad, de que los niños que lleguen vuelen con las alas bien extendidas sin que permitan que sus mayores les recortemos lo más valioso: la libertad de ser. Pero esa es otra historia que esperará a que llegue nuestra querida LEIRE.


Bueno, hasta aquí la pequeña aclaración de cómo se hizo a cuatro manos “El linaje de los sueños”.


Alicia

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