lunes, 26 de abril de 2010

SANT JORDI 2010: ROSAS Y ESPINAS


Un nuevo Sant Jordi, un nuevo 23 de abril en Catalunya, y la misma jornada de firmas agotadoras de libros, presentaciones, calles llenas de paradas de librerías y editoriales, y millones de rosas siendo paseadas por sonrientes ciudadanos (que las portan ufanos cual medievales caballeros) y ciudadanas (que las reciben sonrientes cual románticas princesas de cuento). Dicen que las ventas de esta Sant Jordi se han mantenido más o menos en el mismo nivel que el año anterior. Buena noticia: la crisis aprieta pero no ahoga las tradiciones.

En cuanto al resultado literario de la jornada, se comprueba (como ya se avanzaba en los días previos) que este año no había un titán con el que sería imposible competir (Larsson, Falcones, Zafón, etc.), y sí un repóker de aspirantes, algo más modestos, que iban a competir para hacerse con la victoria en el duro e inhumano ranking de los libros más vendidos de la presente edición. Y el veredicto del lector es (según el Gremio de Libreteros), finalmente, curioso: en la categoría de ficción en castellano, Arturo Pérez Reverte se ha llevado el gato al agua con El asedio (aventuras y romanticismo en tiempos de la promulgación de la primera Constitución española; en ficción en lengua catalana, el periodista Xavier Bosch narra en Se sabrà tot las corruptelas que velan armas en torno al periodismo, mientras que en el género de no-ficción, Eduard Punset parece haber ganado de calle con su obra El viaje al poder de la mente.

¿Valoraciones? Bueno, pues que parece que si sales o has salido en la tele tienes más números para que tus libros se vendan (Punset y Bosch siguen en activo, Reverte lo dejó hace tiempo pero aún recordamos todos sus crónicas de guerra). Otra: continúa el auge de la novela ambientada históricamente en épocas pretéritas. Una tercera: de momento, los escritores escandinavos de novela negra parecen estar aquí para quedarse. Y una más: el fútbol como fenómeno literario, pues tanto en ficción como en no ficción no han sido pocos los libros que pisan la hierba del rectángulo de juego (la mayoría de ellos en torno a la epopeya del F. C. Barcelona de las seis copas).

¿Todo esto es síntoma de algo? Pues no lo sé. Ignoro si es bueno o malo. En todo caso, tengo la impresión de que a nadie le amarga un Sant Jordi, vendas 20 o 20.000 ejemplares ese día. O sea, es bueno para los autores, para las librerías y para las editoriales (y para los que cultivan y venden rosas, claro). Si es bueno o no para la Literatura… me temo que nunca lo sabremos.

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