lunes, 22 de agosto de 2011

KATHERINE PANCOL: LOS OJOS AMARILLOS DE LOS COCODRILOS



Escogí el libro por casualidad, por una referencia indirecta, pues alguien me comentó que estaba teniendo cierto éxito. Pues lo siento: ¡No lo entiendo! El éxito, claro. En mi opinión, el libro es plano, pero plano como una estepa rusa, donde lo único que brilla y reluce es un ambiente de lujo, y donde el dinero aparece como la única posibilidad de ser feliz, el único vehículo para la redención personal. Si se lee el argumento se puede pensar que el meollo de la historia es interesante: la relación entre dos hermanas en la que una hace de escritora a la sombra de la otra, que es la que se lleva la fama, todo ello enmarcado en el asimétrico paralelismo de las vidas de ambas, en las cuales sobresalen otros personajes implicados en esas vidas: su madre, sus hijos, sus maridos, etc.

En fin, el argumento quizá podría haber dado más de sí en otras manos, pero en las de la escritora francesa nacida en Marruecos Katherine Pancol se ha convertido en una novela de las que yo califico de “pastel”, semejante a un telefilm barato de sobremesa, con estereotipos demasiados trillados: la guapa, la fea (que deviene guapa), la rica que pierde, la pobre que gana, la inocencia como el único camino alternativo hacia el triunfo, el amor tópico, el castigo al marido que abandona a la fea que luego es guapa, y triunfadora, y rica…. Vamos, que muchas de las líneas argumentales de Los ojos amarillos de los cocodrilos podrían ser fácilmente pasto reseco para cualquier telenovela infumable llena de arquetipos y un mensaje subliminal fieramente conservador y tradicional.

Dicen que la novela ha vendido más de un millón de ejemplares. Debe ser porque todo aquí es un tópico, un paradigma en ocasiones irrisorio. Los malos son muy malos, los buenos son muy buenos… En fin. No obstante, para gustos los colores, así que igual me he perdido algo que no me he enterado. ¿Alguien me lo quiere aclarar?

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